El impacto transversal del plástico en distintas industrias

Autor: Marcos Arimany

El plástico ha sido un aliado esencial durante la pandemia de COVID- 19. Gracias a sus características se ha convertido en el principal material de protección para los profesionales médicos que luchan contra la propagación del virus.

Desde caretas hechas de plástico, hasta trajes completos e incluso hemos visto como personas en distintos países han improvisado mascarillas a base de materiales plásticos. Por su accesibilidad, es un recurso utilizado para fabricar y envolver muchos productos de los que consumimos. El material lo podemos encontrar en industrias de limpieza e higiene, alimenticia, agroindustria y farmacéuticas.

En Guatemala, el sector de plástico emplea alrededor de 20 mil personas de forma directa y 300 mil de forma indirecta, quienes han estado trabajando para brindar los productos que hoy más se necesitan frente a la emergencia sanitaria. Desde recipientes para jabón de manos, para gel antibacterial, atomizadores para desinfectar, galones de empaque rígido y blísters de medicamentos. Todos imprescindibles para prevenir el contagio del virus. Además, si a esos empleos se le sumaran las industrias que utilizan plástico para envasar y empaquetar, el impacto del plástico en los distintos sectores es muy alto. 

Sin sustituto directo

De acuerdo con Daniel Calleja, Director General de Medio Ambiente del Ejecutivo Europeo, cuando se busca prohibir un material al reducir su uso, como en este caso ha sucedido con el plástico y las iniciativas de ley para erradicarlo de empaques y productos de un solo uso, los legisladores se deben de asegurar que haya un material alternativo para la sustitución.

Sin embargo, se ha probado que al tratar de reemplazar el plástico por otros materiales como vidrio, papel y cartón resulta un mayor efecto sobre el medio ambiente y calentamiento global.

Si hablamos desde una perspectiva económica, utilizar materiales más voluminosos y pesados ocasiona un incremento de costo en producción, además de transporte. Si comparamos una botella de vidrio y de plástico de 330 ml, la primera pesa alrededor de 18 gramos, mientras que la segunda de 190 y 250 gramos. Su movilización aumentaría hasta 5 veces más por botella, además de incrementar un 40% de energía produciendo más dióxido de carbono, ocasionando un impacto medioambiental mucho más grande que el del plástico. 

Entonces, no se ha encontrado un sustituto ideal para el plástico, ya que los plásticos biodegradables tampoco han sido considerados como una sustitución directa.

Impacto económico en Guatemala

Según la proyección del Fondo Monetario Internacional (FMI) se prevé una desaceleración económica mundial del 2% por la crisis de COVID- 19, que impactaría fuertemente en las actividades comerciales. Dentro de ellas se encuentra la industria de alimentos y los servicios a su alrededor lo que se traduciría como menos ventas, empleos y demanda de servicios. Afectando tanto directa como indirectamente a quienes le prestan operaciones, como son los empaques plásticos y el sector agrícola.

Tomando la desaceleración económica provocada por el Coronavirus y sumándole el problema de contrabando en Guatemala en productos alimenticios, de limpieza y abarrotes se generaría un gran impacto en las industrias guatemaltecas que se reflejaría tanto en desempleo y en el cierre de las mismas.

Además, vinculando lo anterior con los materiales de sustitución de empaques plásticos por regulaciones legislativas, se incrementarían mucho más los costos y las emisiones de CO2, ocasionando en las industrias un efecto negativo aún más grande.

No podemos ignorar las ventajas de los plásticos ante las industrias de alimentos, de higiene y farmacéuticas que hoy vemos son esenciales ante la pandemia. Al contrario, debemos de apostar por un manejo adecuado de residuos y desechos sólidos.

Consumo responsable

Más allá de prohibiciones debemos proponer un cambio de hábitos medioambientales basados en las 3R: reducir, reutilizar y reciclar, potencializar el consumo responsable de los recursos que utilizamos y mejorar nuestro sistema de recolección de desechos sólidos para que sea uno más integral y adecuado. 

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